miércoles, 27 de noviembre de 2013

COMO EN UN SUEÑO

Estimados padres:
Queremos compartir con Uds. una carta enviada por una mamá del Nivel Primario de nuestra Institución, a raíz de su visita a la Muestra Institucional realizada el martes 5 de noviembre.

                                                        Cordialmente                  

                                                                           Graciela Porto
                                                                                                                       Rectora General


COMO EN UN SUEÑO

El pasado Martes 5 de Noviembre en el Instituto Summa, cuando concurrí  a ver la muestra anual, tuvo lugar una experiencia singular. Debo ser honesta y comenzar diciendo que alguna idea ya tenía. Pero aún así, quedé totalmente sorprendida. Les cuento. Parece que algunas Escuelas, tienen la capacidad de transformarse. ¿Transformarse?, ¿Y en qué?, podrían preguntarme ustedes. Hasta este Martes, estas preguntas eran también las mías.

Si Uds. también concurren a una Muestra así, y al llegar a la Escuela las puertas de la misma están abiertas de par en par………….puede ocurrir que luego de entrar y leer algunos datos históricos que sitúan a la Escuela en el tiempo, comiencen a caminar y….. ¡cuidado! Miren bien dónde pisan, porque el suelo puede haber pasado a ser el tablero de un juego, y no vaya ser cosa que se arruine y se pierdan la posibilidad de jugar. Y  no se asusten si en algún lugar y sin que nadie les avise, el suelo deja de ser liso y comienza a sonar con cada paso que dan.
En las paredes aparecen autorretratos, casas, edificios, espejos, animales salidos de un bestiario in english, pizarrones con historietas, como si brotaran directamente de ellas.
De los techos cuelgan libros, objetos reciclados, monstruos imaginarios, llueven palabras (sí, como si los poemas pudieran llover), telas pintadas como murales pero suspendidas de allí arriba y que pasan a estar debajo mismo de sus narices si usan el espejito que les ofrecieron  al entrar.
Si continúan avanzando y encuentran el patio de los azulejos podrían llegar a ver los duendes protectores de los árboles (juro que estaban ahí!!!), y con sillas muy arregladitas pero no como para sentarse en ellas sino como para invitarlas a salir o a bailar (¿raro no es cierto?); y como si esto fuera poco, hay paraguas del revés colgados del cielo (ese patio no es techado) con mensajes dentro, y es como si hubiera llovido in english porque en unas palanganas esperaban gotitas de lluvia con palabras en ese idioma, esperaban ser parte de alguna frase, supongo.
Si se animan a subir las escaleras de madera… puede que se encuentren con retratos sorprendentes que bajan como en cascada del cielorraso en una habitación a oscuras. ¿Trajeron la linterna? (Piden cosas raras en esta Escuela). ¿No? No importa, les dan una antes de entrar, o los ayuda la luz negra, o la pintura fluorescente con la que están hechos algunos de estos trabajos. Por allí también puede ser que se encuentren con un elefante que, aunque ocupe mucho espacio, si lo dejan, les cuenta un pedacito de nuestra historia. Pero si en vez de subir las escaleras de madera suben por las de cemento, se van a encontrar con muchos artistas que los esperan con sus obras, fotos e ideas; y si se atreven a cruzar por un laberinto llegarán hasta unas cajitas suspendidas del techo que contienen un mensaje (¡de los artistas!) a cambio del cual esperan recibir otro de ustedes; eso sí, para salir hay que pasar nuevamente por el laberinto, y no es tan fácil, porque es uno de esos que te enredan…te atrapan…divertidísimo!!!

Pero… ¿qué pasó en esta Escuela? ¿y los bancos, sillas, escritorios, las letras y los números, los libros y materiales de trabajo? ¿Dónde fueron a parar? ¿Y dónde estaban antes todos estos objetos salidos como de un cuento o de un sueño? ¿Lo viví? ¿Lo soñé? No lo sé, lo último que recuerdo es que salí a un patio grande donde había un fogón esperando a ser encendido, se apagaron las luces, se encendieron todas las linternas y empezó a sonar la música, ¡sí, como en una disco, con luces y todo! Pero al aire libre y con ese fogón….
Allí terminó todo y me preguntándome ¿qué quiere decir todo esto?

Tal vez, que la identidad se construye pasito a paso, de a uno pero también entre todos. Que a veces cuesta o duele reconocerse, pero que se puede cambiar, mirar desde diferentes perspectivas, que las apariencias son sólo eso, apariencias, por más lindas o feas que se nos aparezcan. Que esta construcción es continua y nunca en soledad, que cuesta mucho trabajo pero vale la pena el esfuerzo, que es una y múltiple al mismo tiempo. Que no es sin pasado pero mira hacia delante. Que a pesar de que pueda cambiar, eso no nos impide seguir reconociéndola. Tal vez también signifique muchísimas cosas más, pensadas y sentidas por todos y cada uno de los actores y visitantes de esta Muestra Institucional.
“La vida es sueño” escribió Calderón, y los sueños a veces, con mucho esfuerzo y trabajo, se pueden hacer realidad.
Muchas gracias a todos, gracias por esa manera tan bella que tienen de trabajar con nuestros hijos.

PD: Antes de despedirme quisiera pedirles que presten mucha atención al canto de los pájaros, porque parece que están contando que en varias casas y departamentos de la Ciudad empezaron a ocurrir transformaciones parecidas a la que tuvo lugar en el Summa, y pueden verse obras de arte colgando de los cielorrasos o brotando de las paredes… ¡¡¡Pasen la voz!!!!

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